miércoles, 30 de junio de 2010

Hasta el proximo asado!!!


El resortero es mi espacio para compartir historias relacionadas con el AC , siendo el blog un buen lugar para despuntar el vicio de la escritura.
En realidad, el hecho de tirar o meter mano en los fierros es solo una excusa para el encuentro interpersonal para el disfrute de la amistad. Si después de trentipico de años (algunos aficionados mas) de tirar, armar, desarmar y baquetear, solo seguimos hablando de tornillitos, lubricantes, balines, etc. y ese es nuestro único tema, solo nos restaría sacar matricula de pelotudos...


Ayer en un llamado habitual a un amigo y colega de los fierros, Norberto B, me entero del fallecimiento de un tirador de Nuñez. Justamente y como suele suceder, me estaba acordando de esa persona mientras cocinaba la cena de la noche anterior.
Mi amigo me contó lo complicado y definitorio de la enfermedad de este hombre y las acciones que llevaron adelante para ayudar a la viuda los tiradores más cercanos a él, que tantas jornadas de tiro y asados habían compartido en otros momentos.


Era lo que se podría definir como un “personaje” casi un icono del lugar, aparecía en algún momento y la tarde tomaba color a su derredor, convirtiéndose en el centro de atención. Podía, mientras estábamos tirando o regulando eternamente un rifle, contar una historia, hablar sobre cualquier tema o imitar a Frank Sinatra. En lo personal, disfrutaba de su presencia. Era un tipo muy simpático, con un look demasiado castrense para mi gusto, pero debo reconocer que le tenía afecto. Siempre que lo veía, lo saludaba haciéndole la venia y diciéndole “Mon Comandant” y el impostando la voz a modo del cine argentino de los años cuarenta, me contestaba: ¿Cómo-está-doctor?
Compartir un asado con este personaje era algo especial, casi era codiciado por tenerlo en la mesa, aun lo veo con delantal y gorro de cocinero color escarlata haciendo su alquimia frente a la parrilla. Una vez realizó una salsa en un Wok para acompañar una pata de jabalí, que quedo en la historia de los asados.
Debo agregar que consumía grandes cantidades de tinto, lo que lo ponía más extrovertido al punto de lo insoportable, pero todo se le contemplaba. Ya a esa altura era capaz de reproducir el parlamento de un pasaje de Casablanca imitándolo a Bogart o nombrar el reparto de alguna película hollywoodense de los cuarenta con precisión. No dejaba nunca de sorprenderme.


Hacía, un tiempo que no lo veía ya que no estoy concurriendo seguido a Núñez. Su ausencia la entenderé como que no estamos coincidiendo en los horarios o que concurre los días en que no estoy presente o que está en otro asado al que lo habían invitado antes y no se podía negar a ir. Quizás, en definitiva la mecánica de “la ausencia” sea esa…En fin.
Hasta el próximo asado, mon comandant Poch!!!


jueves, 3 de junio de 2010

Radiografia de un amigo



Este si que es "resortero hasta los huesos"........